Lindorfo violareptiles

El sábado 31 de marzo vi la huebada más dañina que he visto en la televisión… Lindorfo toqueteó a un reptil… Les contaré.


Lindorfo y un negro estaba en no se donde haciendo no se que, cuando divisan a un reptil en un claro. Supongo que el reptil estaba feliz, tomando sol, o qué se yo que se supone que hagan los reptiles en los días soleados, pero estaba ahí… sin hacer daño a nadie.
Para la desgracia del reptil (y de todos los animales) se le atravesó un Lindorfo en su camino. Lindorfo se le acercó sigiloso, acompañado por el negro, y tomaron por sorpresa al inocente reptil… ahora me acuerdo que era un caimán… Lindorfo se le abalanzó y lo inmovilizó, el caimán no hizo ni un esfuerzo por sacarse al saco de huebas que se le tiró encima y luego se le tiró el negro, para cagarla un poco más.
Creo que a esta altura, Lindorfo se dio cuenta que la estaba cagando, y sabía que en cuanto el noble reptil tuviera la más mínima posibilidad de atacar, lo haría mierda -no lo culpo- y a nuestro pendejo aventurero se le ocurrió amarrarle el hocico, para prevenir futuros ataques de parte el hermoso animal.

No contento con haber irritado al reptil con su indeseable presencia y encima, amordazarlo, Lindorfo decide acabar con su dignidad de animal libre y puro, y decide ultrajarlo.

Esta parte es complicada de explicar…

Lindorfo dice algo como: “Wow, es un espécimen muy hermoso” “ahora vamos a ver si es macho o hembra” lindorfo da vuelta al reptil y le mete los dedos en el hoyo “creo que es hembra, por que no le encuentro el pene” lindorfo luego de violar por unos segundos al animal agrega “si, es una hembra, ellos mean y cagan por el mismo agujero, además de echar sus huevos por ahí mismo” luego, el hoyo del animal, como que empieza a mear, o a secretar como una sustancia, creo que lo único que podía hacer el caimán era tratar de mear a lindorfo, pero no le resultó, lindorfo estuvo unos segundos eternos ultrajando al animal, todo bajo la atenta mirada del negro, creo que el negro estaba cagado de la risa… el muy negro nunca había visto como un tipo le metía los dedos en el hoyo a un lagarto. Que par de pendejos.